CONVERSACIÓN CON UN ATEO
CONVERSACIÓN CON UN ATEO
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Un saludo:
Acostumbrado a hablar de Dios con personas de fe, se queda uno asombrado y entristecido cuando tu interlocutor es alguien de "buena fe" pero que carece de ella. Parece paradójico pero no es raro cuando sales del "aprisco "en ese largo cuarto día.
Hace unos días conocí a un buen hombre, enfermo de cáncer, con el que estuve charlando largo y tendido sobre muchas cosas. Inesperadamente sacó el tema religioso y empezó a decirme que admiraba a Jesucristo porque era el creador del mejor código de conducta de toda la humanidad, que trataba de seguir las Bienaventuranzas en su propia vida....pero que no creía en absoluto en la naturaleza divina de Jesús. Que él creía en un ser Supremo indiferente y lejano pero que todo eso del Padre, del Hijo y del Espíritu le parecía un invento humano sin ninguna aplicación práctica, al igual que la Iglesia, que había sido "inventada" en el siglo IV por un conjunto de personas con intereses propios y que a la vista de tantas cosas ¿de dónde le venía su autoridad?
Me quedé muy conturbado, porque aunque sabes que te vas a encontrar situaciones así, cuando las ves de cara te parecen increíbles. Este hombre hablaba tanto, tan deprisa y con argumentos tan cerebrales que no encontraba por donde entrarle, aunque algo debió notar en mi cara porque me preguntó directamente ¿qué era lo que yo pensaba?
Tratando de permanecer sereno y olvidándome de encomendarme a Dios por la premura, le dije que yo creía y me fiaba plenamente de Jesús, que daba sentido a mi vida, que lo sentía cercano en el día a día y que lo amaba y me sabia amado por Él, pero no por una cuestión razonable sino por la Gracia de la fe.
Me contestó que "comprendía" esa fe como algo "esotérico" para tranquilizar mi existencia pero no lo entendía ni como Dios ni como fin último y que lo buscaba y no lo encontraba por ninguna parte.......
Así estuvimos mucho tiempo y atendiendo a sus circunstancias (creo que estaba asustado) le conté la experiencia que Norma había vivido con su enfermedad y de la que yo había sido testigo directo. Lo último que le dije fue que a Dios no se le podía "entender" pero sí "experimentar" y que mejor que buscarlo era dejarse encontrar por Él.
Pareció tranquilizarse un poco y quedamos en seguir hablando en futuras ocasiones. Yo estaba muy impresionado pero dando gracias a Dios por el regalo inestimable de la fe y preguntándole en lo más profundo de mi alma ¿qué palabras debía haberle dicho a aquel hombre para comunicarle la alegría de sentir su Amor, para convencerle de la ternura que experimentas cuando reclinas la cabeza en su pecho y te abandonas a Él? Y ¡ qué terrible debe ser no saber que algún día podremos contemplar su Rostro para siempre¡.
Las respuestas están, entre otros, en Mateo 28,18:
"Y, acercándose Jesús, les dijo: Me ha sido dado TODO poder en el cielo y en la tierra; id, pues y enseñar a TODAS las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observad TODO cuanto yo os he mandado. Yo estaré con vosotros TODOS los días hasta la consumación del mundo".
No creo que se pueda manifestar con más claridad la "Autoridad de la Iglesia". "Enseñar a todas las gentes "y "estaré con vosotros" (no solo con los que lo hacen muy bien. Hay que recordar la herejía Donatista "la eficacia de los Sacramentos depende de la santidad de quien lo imparte y de la santidad de quien lo recibe"). Y "Todo lo que os he mandado", porque"tiene poder para hacerlo". Y cuando Saulo queda cegado en el camino de Damasco, Jesús se identifica con su Iglesia."Saulo, ¿por qué me persigues?". Sabemos que Saulo perseguía a los seguidores de Jesús (Existe una alianza entre Jesús y su Iglesia. No la inventaron unos señores).
Hay gente que puede aceptar la Divinidad del Padre sin grandes dificultades, pero les es muy difícil aceptar que Jesús es igual al Padre (de la misma naturaleza, consustancial con Él por su divinidad pero consustancial al hombre por su humanidad, menos en el pecado. Múltiples herejías... Adopcionismo, arrianismo.....), y no digamos, el Espíritu Santo, el gran desconocido incluso para muchos cristianos.
La incapacidad humana para comprender El Misterio más grande, la esencia de Dios, es indiscutible. Sin embargo hay algún símil que puede ayudarnos a "escenificar "la Santísima Trinidad . Dice Juan en su 1ª carta ,que "Dios es Amor". Pero para que exista amor son necesarios tres elementos: Uno que "ama", uno que es "amado" y un tercero que es el "Amor mismo" y recíproco entre los otros dos. El Padre, por amor, dona todo a su Hijo (donación total), y el Hijo devuelve "todo eso" al Padre. Tres personas consustanciales y eternas, pero un solo Dios.
Espero tener la oportunidad, algún día, de trasladarle estas cosas a mi nuevo amigo con la ayuda de Dios.
juande