LA NOCHE OSCURA

                                                     EN LA NOCHE OSCURA

Un saludo. Esta es una historia inventada con el propósito de mostrar de forma amena, algunos a mi entender prejuicios, que a menudo oímos a muchas personas de nuestro entorno. Las explicaciones de tipo religioso no deben tomarse al pie de la letra porque solo son opiniones personales y por tanto sujetas a errores.

JUAN DE DIOS BLANCA DE LA PIÑERA

Es domingo y todo parece indicar que hoy hará un buen día, el sol aparece en el horizonte y ya se observan pequeños jirones de nubes rojizas que se reflejan en las tranquilas aguas mientras el viento está en calma.

Cinco amigos se disponen a salir en un pequeño yate a motor que han alquilado, para pasar unas horas en la mar pescando, nadando y divirtiéndose un poco. Todos son estudiantes, despreocupados y jóvenes y solo Guillermo, el mayor de ellos tiene un título náutico elemental y muy escasa experiencia marítima, pero eso no le intranquiliza en absoluto y comparte la misma ilusión y alegría que Alicia, Jaime y Marta ante la perspectiva de pasarlo bien hoy.

Solo Lucas, es algo diferente a sus amigos, quienes entre la ironía y el cariño le llaman "el monje" por su carácter retraído y cierta tendencia al "arrobamiento", pero les cae bien a todos.

Como la mar está hoy como una balsa de aceite deciden no recalar en ninguna cala o pequeña bahía, sino navegar mar adentro en demanda de un gran banco de coral que está a poca profundidad y a unas 18 millas, donde hay diversidad de fauna y flora marina y aguas transparentes.

Instantes después la embarcación surca las aguas a buena velocidad y todos charlan y ríen animadamente mientras sienten el sol y el aire en sus caras y la noción del tiempo desaparece. A mediodía deciden fondear el ancla en el bajo de coral que encuentran oportunamente a 10 metros de profundidad según muestra el sondador.

La jornada transcurre tal y como habían planeado y con un bagaje de un cajón lleno de peces, conchas e incluso pequeños corales y bastante cansados, deciden que ya es hora de regresar mientras contemplan la puesta del sol y algunas luces diminutas comienzan a despuntar en la lejana y altísima costa.

Pero mientras levan el ancla y ponen el motor en marcha, en cuestión de minutos una densa niebla les sorprende y les deja sin referencias geográficas. Al principio no le dan importancia y hasta lo encuentran gracioso, pero pasados unos minutos el rostro de Guillermo se torna serio, el pequeño barco no dispone de radar ni de un simple GPS pero sí de de un pequeño radiotransmisor por el que intenta enlazar con el puerto en el canal de emergencia para informarse de la predicción del tiempo, por el momento sin resultado.

Aunque desconoce su situación geográfica verdadera porque el bajo coralino mide más de 6 millas, calcula una situación estimada en la carta náutica suponiendo, con ayuda del sondador que se encuentran en la medianía del bajo sobre el que han fondeado durante todo el día y así puede poner un rumbo de aproximación a la ahora invisible costa con ayuda de la aguja magnética.

El asunto no es tan grave como parecía, así que pone el motor a pocas revoluciones, enciende las luces y hace sonar la sirena cada minuto mientras sigue insistiendo en contactar por radio. Entre tanto sus amigos piensan tranquilizados que "Guillermo sabe lo que hace" y tratan de adaptarse a las nuevas circunstancias.

Transcurre una media hora y súbitamente el motor se para. ¿Qué pasa ahora? farfulla Guillermo entre sorprendido y contrariado. Después Intenta arrancarlo varias veces pero por más que se esfuerza no consigue nada, ¡maldita sea con este cascaron¡ exclama mientras todos le miran con preocupación.

Guillermo no dice nada pero revisa el motor con su linterna aunque no sabe gran cosa del tema, pero pronto advierte con horror que el indicador de la gasolina marca 0. ¿Cómo es posible que me olvidara de algo tan simple? piensa enfadado con él mismo mientras corre hacia el puente y arrebatándole el micro a Jaime comienza llamar con la voz alterada "aquí Barracuda, aquí Barracuda con problemas, me he quedado sin máquina, repito, estoy sin máquina ¿puede oírme alguien?........

Pero no hay respuesta y los demás no saben ni que decir mientras observan a un Guillermo desconocido que continua repitiendo casi histérico la misma cantinela por la radio una y otra vez. Sin embargo lo peor no ha llegado porque al cabo de un rato, el sonido de fondo de la radio deja de oírse completamente y a pesar de pulsar el botón del micro repetidamente, ya ni siquiera se oye el característico chasquido al cambiar de emitir a recibir, al tiempo que las luces del barco parpadean hasta apagarse definitivamente dejando una oscuridad absoluta.

Guillermo coge un polígrafo y casi a tientas comprueba con estupor que las baterías están "muertas". Entonces comprende que debido al tiempo transcurrido con el motor apagado, todas las luces encendidas y la radio funcionando a la máxima potencia sin que exista recarga alguna, unas baterías "muy viejas" se han quedado exhaustas.

"Esto no puede estar pasando" piensa Guillermo desanimado y sobrepasado por lo que sucede, entonces se sienta en el suelo y deja de luchar porque ha llegado a su límite y ya no sabe qué hacer mientras ve el pánico y el estupor en los ojos de sus amigos. Un silencio amargo y pesado, solo roto por los sollozos de Marta, la más joven e insegura, se apodera del grupo, que uno tras otro van sentándose apretujados alrededor de Gillermo, en el frio suelo del pequeño puente de mando, como buscando protección y aliento................

-¡No hay que desesperarse¡. La voz de Lucas suena como la brisa fresca mientras estrecha las manos de Marta y todos miran hacia él. -Puede que alguien nos haya oído y además esta niebla no durará eternamente. Tenemos comida y agua para un par de días, si somos capaces de racionarlas bien y en último extremo podemos usar la balsa neumática para intentar llegar a tierra a base de remar cuando aclare. No hay que perder la esperanza.

- !Dios mío no nos dejes así ¡, exclama Alicia con una voz apenas audible. Lucas le sonríe....

- ¿tú crees en Dios?...

- Yo creo a mi manera....

- Bueno, mucha gente lo ve así, pero si lo pensamos un poco, ¿puedes imaginar a un músico de orquesta tocando "a su manera" sin tener en cuenta al director y a los demás, según le pareciera?, o a un futbolista jugando "a su manera" de forma que le fuera imposible estar en un equipo? Yo creo que si te haces una religión "a tu manera", con tus solos criterios, es muy probable que tarde o temprano esa nueva religión solo tenga un miembro, tú. Porque si no contrastamos juntos lo que vivimos y no vamos aprendiendo unos de otros en el camino de la fe, es más que posible que nos perdamos en el camino. Además si solo creemos a nuestra manera ¿Para qué bautizar a nuestros hijos y meterlos en algo en lo que quizás no creemos? no tiene sentido.

- Pues yo creo en Dios, pero no en los curas, dice Jaime con cierto resentimiento, y no me dirás que los curas pederastas ayudan en algo a creer en ellos.

- ¿Pero tú has oído alguna vez a algún sacerdote que te haya dicho que "tienes que creer en él?, porque eso es como decir, "yo creo en la medicina pero no en los médicos", o" yo creo en el deporte pero no en los deportistas", o" en la cultura pero no en los maestros". Lo que dicen los curas es que creas en Jesús resucitado de la manera que lo hacemos los cristianos, pero el sacerdote no es Dios y tiene fallos y pecados como tú, y a veces gravísimos como la pederastia, pero los auténticos sacerdotes intentan ayudarte a creer en Dios a pesar de su fragilidad e intentan vivir y que los demás vivan a Jesús porque a Dios no se llega de manera automática o invisible sino a través de la persona que nos lo transmite. Los católicos, incluidos los curas, tratamos de seguir a Cristo resucitado, no a ningún cura en concreto y la fe está muy por encima de los curas sean como sean. Y por cierto, ¿por qué te fijas en el cura que da mal ejemplo y no en los muchísimos que actúan bien?

Mientras conversan parece que la crisis pasada se distiende dejando paso a una creciente serenidad que todos agradecen.

- Vale Lucas, contesta Guillermo que parece haberse olvidado de su impotencia y frustración, pero tienes que reconocer que hay mucha gente que va a la iglesia a darse golpes de pecho y luego son unos hipócritas y unos sinvergüenzas.

- La verdad, Guillermo, me parece un juicio poco meditado porque nadie sabe realmente lo que hay en el corazón de una persona excepto Dios. No todos los que van a la universidad, y eso lo sabemos bien, son excelentes estudiantes, como no todos los deportistas son igual de buenos, entonces ¿por qué exigir que todos los que van a la iglesia tienen que ser igual de santos y perfectos? La mayoría de ellos se sienten pecadores aunque asistan a misa ¿Podrías tú asegurarme que todos los que no van tienen esa actitud humilde de reconocerse tal como son?

- Yo sí que creo en Dios aunque hay cosas que no puedo entender, susurra Marta como hablando con ella misma, ¿porqué Dios permite el mal y las guerras o la muerte de inocentes a manos de otros? no es aceptable.

- No creo que Dios quiera nada de eso porque nos invita a hacer todo lo contrario. Las cosas malas no vienen de Dios sino de nosotros mismos, aunque lo más fácil es echarle la culpa a ÉL de las consecuencias de todo lo que hacemos mal. En cambio no somos conscientes ni apreciamos el inmenso valor del libre albedrio, de poder elegir, de la libertad que nos ha otorgado. Yo solo sé que cuando algo malo me ocurre lo siento cerca y esa cercanía me serena y da sentido a mi vida, sobre todo en los momentos difíciles.

- No sé,...titubea Jaime. -hay en los católicos cosas irracionales y muy raras.

- ¿Cómo cuales?

- Así, a bote pronto, se me ocurren dos, ¿Cómo es que bautizan a los niños a los pocos días de nacer en lugar de esperar a que sean lo suficientemente mayores para que puedan decidir por sí mismos?, y ¿qué explicación tiene que adoren imágenes como si estas fueran dioses?

- Hombre, pero los niños tampoco deciden su propio nombre, ni su nacionalidad, ni su colegio, ni la ropa que llevan puesta, ni su idioma, ni la comida que les dan, ¿Por qué entre todo lo que eligen sus padres por ellos, el bautismo es lo único que les coarta la libertad? Los padres dan a sus hijos lo que creen mejor para ellos y los padres católicos no son distintos, y por eso los bautizan y porque saben que la fe en la que los van a educar les permitirá después vivir en libertad para elegir.

- Y en cuanto a la segunda pregunta, te pediría que me encontraras cualquier escrito, documento, escritura o lo que sea, de cualquier época presente o pasada donde este mandado que hay que adorar imágenes. Yo jamás he oído a nadie en la Iglesia ordenar semejante disparate y supongo que tú tampoco. Es cierto que hay imágenes en los templos que están para recordar a personas de probada santidad que han sido un ejemplo para todos.

- También hay multitud de monumentos, estatuas, y bustos de personas de prestigio social en las plazas y calles de todos los pueblos y ciudades del mundo, que tienen una función ejemplarizante en nuestro caminar social. Y todos conservamos fotografías de seres queridos, pero no es la foto el objeto de nuestra admiración, sino las personas a quienes representan. Si encuentras personas que dicen que adoran imágenes es una desgracia, porque desconocen de qué va nuestra fe.

- ¿Y qué me dices tú de la parafernalia y ostentación que rodea hoy a una parte importante de la jerarquía, sobretodo en el Vaticano, tan alejada de la pobreza y la sencillez que Cristo vivía y predicaba?, suelta Guillermo indignado.

- Puede que la Iglesia necesite desprenderse de muchas cosas y cambiar otras. La verdad es que a pesar de lo que muchos piensan, lo ha estado haciendo durante sus dos siglos de existencia. Poco se parece la iglesia de hoy a la poderosa iglesia medieval, influyente, rica y propietaria de inmensas tierras, que imponía la fe a la fuerza y tenía poderes temporales. Y creo que con todas sus dificultades seguirá cargando con su propia cruz y purgando sus pecados tras la cruz de Cristo, a la vez que es faro para todos los hombres porque no está sola, sino que tiene la Luz y el amor de Dios

- Pero también creo que en la actualidad, el margen de maniobra de un pontífice está muy reducido por el peso de tradiciones milenarias, obligaciones de ceremonial y protocolos farragosos, además de tener un organigrama del siglo XVIII. Y esto es una perspectiva personal pero seguramente cuando se llega a la sede de Pedro con 78 años, las posibilidades de dar un golpe de timón y hacer" borrón y cuenta nueva", se reducen notablemente. Sin embargo la ancianidad no dispensa del sufrimiento y las consecuencias de los daños que otros causan, ni tampoco de llegar hasta umbral de la muerte habiéndolo dado todo por amor, sin una sola queja..........

Y mientras hablan y piensan en cosas transcendentes, quizás por primera vez en sus cortas vidas, el tiempo pasa inexorable sin que apenas se den cuenta, hasta que las primeras luces del alba les devuelven a la realidad de su situación. Cuando salen a cubierta el horizonte es todavía oscuro pero nítido y el cielo está despejado.

Pronto ven en la lejanía lo que parece un guardacostas con su característica banda roja en el costado que les hace señales, y una sensación de alivio y alegría les impulsa a abrazarse. Más tarde, mientras son remolcados hacia el puerto y contemplan la estela que van dejando en la mar, ninguno dice nada aunque todos parecen pensar en lo que han pasado juntos y en que les espera la normalidad cotidiana de sus vidas, sin embargo, algo en su interior les dice que ya no son los mismos.

Un abrazo a todos. Juande